Frecuento el teatro desde el vientre de mi madre. Mis padres, dedicados a la actividad (Padre autor y director . Madre maquilladora , caracterizadora y artista plástica. Hermana bailarina y coreógrafa), difícil ser bioquímica, no?
Ellos me llevaron e invitaron por cuanta bambalina, sala de ensayo, escenario y set de filmación sea posible, y que tocara transitar nuestras vidas, tanto en lo laboral como en nuestro rol de espectadores.
Siempre fue una pasión en mi familia el expresar, construir y contar historias.
Ya con 9 años estudiaba teatro en la escuela de mi barrio. La Universidad Popular de Belgrano. María Inés Falconi fue mi primera maestra y quien me trasmitió el compromiso con el escenario y fundamentalmente en el vínculo con los compañeros. El teatro se hace en equipo.
A partir de allí no pare de explorar el teatro y sus diferentes vertientes.
El teatro clásico lo aprendí de mi gran maestro cuyano, Jorge Lira, quien me formó por casi cuatro años en mi adolescencia. Luego investigue la Comedia dell Arte de la mano de Claudio Gallardou ( actor y director de La Banda de la Risa) para entender que debía entrenar mi cuerpo para usar máscaras, estudie la técnica de máscara neutra con la gran maestra Raquel Sockolowicz, quien me invitó a investigar la técnica del clown años después. La ruptura de la cuarta pared ( el espacio entre el escenario y el público que el actor quiebra) empezó a exigirme entrenamiento en los estímulos y recursos como actriz para tener habilidad y entrenamiento para improvisar. Allí descubrí la técnica de la impro, y fue redescubrir el teatro en su totalidad. El actor como creador, autor, intérprete y director. Todo en uno y en momento real. Mis mentores fueron Oski Guzman, Marcelo Savignone y Gustavo Sosa, quien me convoco para crear IMPRONTA, grupo de improvisadores del que participé por cuatro años.
(… continuará).